Todos Los Días Visitaba A Branty

Era una mañana soleada de primavera, cuando Branty se encontraba tomando el desayuno en la cocina de su casa antes de ir a la escuela. La joven se levantó de repente y se asomó a la ventana porque escuchaba un chillido extraño que llamó su atención.
Al salir al jardín de su casa, vio que un pájaro estaba picoteando a una pequeña ardilla que estaba cerca de su nido. El ave actuó por instinto y enseguida Branty, fue en auxilio de la ardilla.
El pobre animalito estaba en mal estado, el ave había picoteado su cabeza y dos de sus patas, también estaban sangrando.
La jovencita tomó con mucho cuidado a la ardilla y la llevó a la casa.
Los días pasaron y la ardilla se recuperó
Branty curó durante varios días las heridas de la ardilla y se encariñó con ella. Dijo a sus padres que debía ponerle un nombre y como le parecía tan hermosa, la llamó Bella.
Bella sanó y como era lógico, debía regresar a su ambiente natural. Cuando pudo caminar y saltar sin problema, Branty llevó a la ardilla a un bosque cercano y allí la dejó en libertad.
El tiempo fue pasando y cada mañana, Bella regresaba a la ventana de la cocina mientras Branty desayunaba. Era su manera de dar los buenos días y quizá, agradecer los cuidados que había recibido de ella.

Durante 8 años, Bella regresó cada mañana. Hasta que un día, Bella hizo un ruido extraño, sonaba como un quejido y Branty supo de inmediato que algo le pasaba.
Salió al jardín y encontró a la ardilla malherida, sus patas traseras estaban sangrando más que cuando era pequeña y cuando Branty miró en los alrededores, vio dos bebés ardillas que eran las crías de Bella.
Estaba intentando decirle a Branty que necesita ayuda de nuevo porque así como estaba, no podía cuidar de sus hijos.
Bella volvió a casa
Pero esta vez no estaba sola. Ahora, era una ardilla madre pero en su condición no podía encargarse de sus crías y por eso fue a pedir ayuda.
De alguna forma, esta ardilla sabía que allí nada le pasaría y que al igual que la primera vez, Branty cuidaría de ella y de sus hijos también. Allí permanecieron hasta que Bella volvió a recuperarse.
Los animales son instintivos y reconocen la bondad del ser humano. Cuando Bella mejoró, regresó a su hábitat junto con sus crías y al igual que antes, cada mañana venía a la ventana de Branty para agradecer su cariño.
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MP